El Tallador de Madera

Chuang Tsu

Ching, el maestro tallador, hizo un soporte de campana
con maderas preciosas. Cuando lo hubo terminado,
todos aquellos que lo veían quedaban asombrados.
Decían que tenía que ser trabajo de los espíritus.
El Príncipe de Lu preguntó al maestro tallador:
"¿Cuál es tu secreto?"
Khing replicó: "Yo no soy más que un trabajador:
carezco de secretos. Sólo hay esto:
cuando empecé a pensar en el trabajo que usted ordenó,
conservé mi espíritu, no lo malgasté en
minucias que no tuvieran nada que ver con él.
Ayuné para dejar sereno mi corazón.
Después de tres días de ayuno,
me había olvidado de las ganancias y el éxito.
A los cinco días,
había olvidado los halagos y las críticas.
Al cabo de siete días, había olvidado mi cuerpo
con todas sus extremidades.
A estas alturas, todo pensamiento acerca de
su Alteza y la corte se habían desvanecido.
Todo aquello que pudiera distraerme de mi
trabajo había desaparecido.
Estaba concentrado en el único pensamiento
del soporte para la campana.
Entonces fui al bosque para ver los árboles
en su propio estado natural.
Cuando ante mis ojos apareció el árbol
adecuado, también apareció sobre él el soporte,
claramente, más allá de toda duda.
Todo lo que tuve que hacer
fue alarga la mano y empezar.
Si no me hubiera encontrado con este árbol
en particular, no hubiera habido soporte para la campana.
¿Qué pasó?
Mi pensamiento concentrado
se encontró con el potencial oculto en la madera.
De este encuentro vital surgió el trabajo,
que usted atribuye a los espíritus."

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